miércoles, 5 de diciembre de 2012

La bruja me lleva al cuartel.


Completamente seguro de que al adoptar un gati no causaría controversia alguna, caminé por la calle en donde se encontraba un lote baldío con agujeros en la barda y que algunas veces había visto un puño de gatitos de todos los tamaños, en otras ocasiones ya había entrado al sitio para platicar con unos gatis que se acercaron cuando les llamé. Siempre es muy fácil entrar, no reparé en ningún momento y constaté que los gatis que estaban ahí corrían al escuchar mi llamado y como había arbustos secos / pedazos de árboles podados, caminé a su alrededor y pude ver a una chica que estaba sentada con 3 gatitos entre sus brazos, me sorprendí, pues no esperaba encontrar ningún ser humano en tales momentos, me dijo – Hola; le respondí casi de inmediato - ¿Qué hubo?.

Los tres gatitos no tenían más que algunos días de haber nacido, ella les hablaba. Comentaba que eran unos bebés, estaba parado viendo a tales criaturitas entre los brazos y me dio mucha ternura, le pregunté que si me regalaba uno pero se negó. Me senté casi frente a ella, no sé en qué momento mi atención se volcó hacia ella, hubo un tiempo no muy largo en que nos observábamos a los ojos sin decirnos nada. Siempre he sido muy observador: del medio, de las calles, de las banquetas, del mar, del cielo, de las personas; más aparte siempre me he considerado alguien de mucha seriedad combinada con la serenidad y todo eso me gusta aplicarlo, eran 2 gatitos negros y 1 amarillo. Ya no me importó seguir buscando otros gatis, la verdad mi esperanza estaba centrada entre los gatitos que estaban con la chica.

La conversación se desarrolló en torno a los animales, sobre las compañías que nos proporcionan sin pedir nada en cambio. Me dijo que ella había llegado unos 20 minutos antes que yo y encontró a los gatitos, yo quedé fascinado con su forma de hablar respecto de los animales, por espacio de no más de una hora estuvimos parlando de curiosidades de distintos momentos en nuestra vida, antes de irse me señalaba en donde era que vivía, por cierto no muy lejos de donde nos encontrábamos, yo ubicaba más o menos el rumbo de donde está su casa, pero me invitó a ir con ella y la seguí, cruzamos 3 calles por otros sitios valdios y llegamos a su casa, me invitó a entrar, pero le dije que esperaría afuera. 

Entró a su casa con los gatis en las manos y salió junto a sus hermanos, 2 tipos de complexión  atlética y de corte militar, me los presentó ella, ellos iban al fondo de la calle junto con otra banda que se encontraba ahí, me dijo que eran desertores del ejército y que andaban entrenando a varia gente para los de la letra, pensó en que me asustaría o seguiría parlando al respecto, pero como no eran mis intenciones le comenté que estaba a todo dar eso, y que pues ya que sabía en donde vivía regresaría a buscar un gati, me acompañó y seguimos una larga charla pero ahora respecto de nuestros viajes, sueños y quehaceres.


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